dijous, 1 de novembre del 2012

¿Por qué España no estalla ya de una vez?

by admin

La crecientemente indignante sucesión de medidas opresoras denominadas corrientemente "recortes" aplicadas en España en los últimos años para tapar el agujero bancario excavado a conciencia durante años por los propios políticos que siguen apareciendo impávidos y sin rubor ante las cámaras asegurando que hacen lo que pueden y deben para salvar la situación que ellos mismos han creado con su estúpida y criminal gestión desde sus asientos por Decreto en las antaño florecientes Cajas de Ahorro hubiesen debido provocar una convulsión política de dimensiones históricas en España. 
En cualquier otra comunidad humana hubiesen exasperado de tal manera a sus miembros, que dicha comunidad hubiese sufrido profundas convulsiones y conflictos sociales a gran escala, como está sucediendo en Grecia, y en menor medida, en Portugal.
Sin embargo, en España, con una tasa de paro insoportable y unas cargas fiscales brutales sobre los afortunados que todavía conservan un puesto de trabajo o unos ingresos que les van permitiendo capear el temporal, aún no se han producido conflictos sociales de consideración.
¿Por qué? 
Creemos que en España imponderables que no aparecen en las estadísticas macroeconómicas, como la familia, o un natural espíritu de generosidad para con los semejantes, están retrasando lo que parecía inevitable.
Observemos lo que sucede en esta iniciativa espontánea de autodefensa y ayuda mutua entre los más golpeados por las consecuencias económicas de la inconsciencia, frivolidad y estupidez conque se han estado gestionando los recursos nacionales durante décadas: 
En el Foro Antiusura, una iniciativa de ACUSA (Asociación contra la Usura de Sociedades Acreedoras), un usuario, con el nick "frustrado", desolado y hundido, comparte con los demás que estaba preparándose para utilizar las armas legales a su alcance para luchar contra los abusos bancarios de que ha sido objeto, cuando le llega la noticia de su despido fulminante. Con esfuerzo cuenta que todos sus sueños y sus planes de futuro se han ido al traste en 1 minuto. Y que ya no podrá ni mantener el alquiler de su nueva casa, ni comprar el vestido para hacer la Primera Comunión a su hija. Varios usuarios tratan de levantarle el ánimo, hasta que uno de ellos, en el noveno mensaje se ofrece para prestarle el vestido de Primera Comunión de su propia hija, aunque ambos usuarios no se conocen de nada. Otro usuario, en el mensaje duodécimo, se ofrece espontáneamente a buscarle algún pequeño trabajillo si es que están en la misma área geográfica. En el mensaje decimoséptimo, de nuevo otro usuario espontáneamente se ofrece a dejarle un traje para su hija.
Después de una memorable sucesión de mensajes en los que cada usuario se sincera con el resto contando detalles incluso íntimos de su situación económica personal, y en los que la nota común es la intención sincera de paliar la desgracia ajena, en el mensaje trigésimosegundo "frustrado" aparece para dar las gracias a todos y declarar que se ha tirado todo el día con lágrimas en los ojos, y dice lo  siguiente:
"lo cierto es que no entiendo como personas como ustedes sin conocerme de nada me podéis decir las cosas que me habéis dicho. Mi mujer e hijos me han visto llorar hoy por primera vez en su vida 2 veces, 1 esta mediodía cuando se lo comunique a los 3 y la otra ahora mismo leyendo a mis hijos y mujer todos y cada uno de vuestros mensajes. 
Me habéis hecho llorar a mi a mi mujer y a mis hijos, y eso tan solo se hace con el corazón". 
En fin, "frustrado" -que podría llamarse el nuevo Juan Español-, podría haber agarrado una maza, ido a su lugar de trabajo y haber optado por una solución drástica. O haber tomado el dramático camino que hemos podido ver con los pelos de punta en los últimos días en las ejecuciones hipotecarias de Granada y otros lugares.
Sin embargo, "frustrado" se ha encontrado con el consuelo y la ayuda real que se disponen a ofrecerle decenas de desconocidos, cuanto más su familia y amigos. 
"Frustrado" es el ejemplo palmario del español de la España catártica de 2012, que no ha optado ya por medidas más drásticas porque la fuerza del apoyo humano de la familia, entorno, e incluso de iniciativas sociales como ésta, es, por más que cueste creerlo, superior a la del peso insoportable del azote tiránico de la partitocracia y su red clientelar, que estrangularán hasta el límite a quienes dicen defender, sin dudar lo más mínimo, para mantener todo el tiempo que sea posible la ilusión crepuscular de una mentira cruel, ruinosa y destructiva.

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